Tuve el placer de participar como ponente en el III Congreso Internacional de ADOFOR, Asociación de Documentoscopia y Formación Policial, centrado en la falsificación de documentos de vehículos y la identificación de personas. En nuestra charla, detallamos maquinaria y procesos usados por los falsificadores a un nivel avanzado.
Me enfoqué en la posibilidad de establecer un taller de falsificación de nivel avanzado con equipos y equipos de acceso libre. Esto incluye todo tipo de maquinaria de artes gráficas, tanto de offset como tipográfica o grabado. Métodos para reproducir los grabados usados en billetes o pasaportes mediante fabricación de placas usando la galvanoplastia y los fotolitos.
La accesibilidad a la tecnología gráfica ha alcanzado niveles sin precedentes las últimas décadas. Si bien esto ha traído consigo beneficios significativos, también abre la puerta a una serie de desafíos, especialmente en el ámbito de la falsificación documental. Los falsificadores aprovechan la tecnología de fácil acceso en el mercado para llevar a cabo sus delitos.
También, aunque de forma breve, las posibilidades que existe de combinar la tecnología de impresión con el robo de datos y su venta en la dark web. Este es el verdadero problema. En la actualidad se imprimen pasaportes, documentación de vehículos y documentos de identidad con información sustraída a través del cibercrimen. Es decir, hay delincuentes que circulan con documentación clonada de ciudadanos que desconocen esto.
Mi presentación en Torremolinos, con el resto de ponentes de España y Europa, fue un recordatorio de que, en el mundo forense, la evolución es constante. Al comprender la tecnología empleada por los falsificadores, podemos fortalecer nuestras defensas y mejorar nuestras capacidades para detectar y prevenir fraudes documentales. En última instancia, la lucha contra estas mafias requiere un enfoque proactivo y una sólida comprensión de las herramientas usadas por aquellos que buscan burlar la verdad.